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¿Cómo gestionar las vacaciones de verano con los hijos cuando hay una separación o divorcio?

Abogada colaboradora, María del Carmen Quintero

En la mayoría de veces, los grandes perjudicados en un proceso de separación o divorcio son los niños. Las vacaciones de verano son una incertidumbre tanto para los hijos como para los padres que no estén conviviendo junto, pero también es una fuente de conflictos en cuanto a quién se queda más o menos tiempo con los pequeños y cuándo le toca estar con ellos.

Lo más aconsejable es que el reparto de días sea equitativo y que ambos progenitores pongan de su parte para que todo sea más sencillo, ya que una separación o un divorcio suponen un cambio completo de rutinas.

Uno de los puntos más importantes es el de tratar el tema de las vacaciones con total normalidad para que los niños no lo vean como una situación fuera de lo común y así hacer que se sientan lo más cómodos posible. Para ello va a ser primordial que ambos padres se comuniquen de forma respetuosa, esforzándose en mantener el equilibro en la relación y pensar primero siempre en el bienestar de los pequeños.

En caso de que estés en trámite de separación o divorcio, lo ideal sería poder regular tan pronto como sea posible el reparto de las vacaciones y para ello ambos progenitores han de ponerse de acuerdo. Pero la forma más común para distribuir las vacaciones son o por semanas, quincenas o meses, a no ser que el menor tenga una corta edad, que en ese caso habrá que ver el caso concreto y establecer periodos más cortos de tiempo.

La regularización de las vacaciones y el modo en el que se van a distribuir las mismas siempre va a depender de cada familia en concreto y normalmente se tiene cuenta dos circunstancias, la edad de los menores, como hemos indicado anteriormente, y el lugar en el que van a disfrutar las vacaciones los progenitores, ya que puede ser que residan en localidades diferentes y disfruten las mismas en otro lugar que está más lejano al domicilio del otro progenitor.

La mejor fórmula de reparto de las vacaciones de verano sería por ejemplo la siguiente:

Las vacaciones de verano incluyen los meses de julio y agosto. Los días no lectivos de junio y septiembre se disfrutarán como el resto del año.

Los meses de julio y agosto se dividirán por quincenas alternas.

Los años pares corresponde el primer período de vacaciones al padre y el segundo a la madre. Los años impares corresponde el primer período de vacaciones a la madre y el segundo al padre.

El progenitor que comience su turno de alternancia recogerá a los menores en el domicilio del otro progenitor a las 10 horas del primer día del período vacacional.

Así, ambos padres ya saben qué períodos les va a corresponder y pueden organizar sus vacaciones con antelación  o solicitar las mismas en su trabajo para poder estar con sus hijos.

Además, no será necesario comunicar al otro ni elegir los periodos ni ponerse de acuerdo, porque ya conocen cuándo les va a corresponder en función de si el año es par o impar.

Lo mejor para poder disfrutar de unas buenas vacaciones junto a tus hijos es mostrarse dispuesto a hacer concesiones tratando de olvidar todos los problemas que han ocurrido desde la separación o el divorcio.

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Este artículo es informativo y no constituye un asesoramiento personalizado para usted. 

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